A menudo escuchamos la frase “Ponerse en los zapatos del otro“, que tiene como significado, por medio de la empatía, establecer un vínculo con otro ser y sus emociones, sentimientos y generalmente, preocupaciones, para lograr entender su actuar y sus necesidades. En un ambiente urbano, en dónde comúnmente usamos zapatos, esta frase tiene mucho sentido.

En el campo, en lo rural, muy difícilmente las personas utilizan zapatos en su diario vivir, generalmente se usan botas, botas de caucho, que acompañan al campesino en su faena por tierras lodosas y llenas de barro. Pero no todos los campesino utilizan botas, en zonas cálidas, como las llanuras de Colombia, las personas que trabajan la tierra y los animales, van ” de pata al suelo”, Por éstas razones, la frase “Ponerse en los zapatos del otro“, no sería del todo justa, ni siquiera lo sería “Ponerse en las botas del otro“.

Pero existe una prenda de vestir infaltable en el atuendo cotidiano de nuestra gente en el campo y ese es “El sombrero”. Los hay de todos los tamaños, colores, formas y materiales, Los hay de trabajo diario de material burdo y resistente, y están los elegantes, en materiales finos y con pluma al viento para ser usado el Domingo, día de ir al pueblo a la misa y a mercar.

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